sábado, 28 de noviembre de 2009

Poema de las tijeras


Conocí a un hombre
Una vez hace tiempo
Que había dibujado
Finas líneas de desespero
En las azules venas
De sus muñecas
Y a su grito mudo llamó
“Oración de las tijeras”

Era una oración hermosa
Pero le prendió fuego
Como arden las cosas hermosas
Así ardió este hombre
Que conocí una vez
Hace tiempo

Ese hombre murió
Ya digo
Hace tiempo
Yo conocí a su hijo
Labios carnosos
Grandes ojos
Había nacido
Para comerse el mundo
Arrogante osado y bravo
Caminaba como a saltos
Cuando abría las puertas
Llenaba las viviendas
Solo con su presencia

Un día cometió la torpeza
De pedirle a una niña
Que le dibujase unas tijeras


Acompañó a su padre

Sin poder llegar a verlas


miércoles, 25 de noviembre de 2009

PJ Harvey canta "Shame"...


“I don't need no rising moon
I don't need no ball and chain
I don't need anything with you
Such a shame, shame, shame
Shame, shame, shame
Shame is the shadow of love”

(Shame, PJ Harvey)




PJ Harvey canta “Shame”
A través de los altavoces
De este ordenador ajado
Intento convencerme
Al igual que ella
De que no necesito
Lunas crecientes
Ni cadenas
Nada de ti

Y mientras tanto
Me llevo la mano izquierda
Hasta mi costilla derecha
Rota en un salto ebrio de libertad
Y de cerveza

La libertad duele me digo
Y mientras tanto
Me llevo la mano derecha
Hasta mi pecho izquierdo
Roto en un salto ebrio de amor
Y de despecho

El vacío
De tu cadena
Duele más
Me digo

Abro la ventana
Me asomo
Y respiro

It´s such a shame, shame, shame.

domingo, 8 de noviembre de 2009

La caída del muro


En la radio están hablando
De los 20 años
De la caída
Del muro de Berlín

No consigo concentrarme
Ni conciliar el sueño
Arrastro imágenes recuerdos
Desde la noche de ayer

Me encontré con un viejo amigo
Abel 32 años prejubilado
(Ciertas drogas causan estragos en ciertos cerebros)
Me volví loco me dijo
Lo destrocé todo
15 días en el psiquiátrico
Me follé a una mujer mayor
Cuando salimos nos vimos un tiempo
Pero pasó de mí
Ahora estoy más tranquilo
 (Hace diez años Abel era El hombre tranquilo)

En ese momento
No pude evitar acordarme de Rafa el Punky
(Hace diez años yo era punky
Y Rafa y yo teníamos la sana costumbre
De acabar a hostias todas las noches)
Rafa 34 años
Ex yonqui ex legionario ex preso
Hace menos de un año
Se cayó del tejado de un 5º piso
3 meses inmóvil placas de titanio

Me lo encontré hace un mes
Venía de trabajar en los tejados

Abel se va una semana a Londres
De viaje de fin de curso

Amistades de hace más de diez años
Nos vemos de tanto en cuanto
Nos queremos y respetamos

Camino a casa pensaba en ellos
Y en otros más cercanos
Hace días uno se quedó sin padre
A otra le extirparon los ovarios
Alguno lucha contra el cáncer
O sufre de úlceras de estómago

Y yo (valiente gilipollas)
Fuerte y sano como un puto toro
Derramando horas y versos
Porque a este pobrecito poeta
Le han roto su poético corazoncito

Merecería una buena hostia
Una buena bofetada con reverso
Pero hasta eso me recuerda a Ella
Y no es momento para hablar de sexo

sábado, 7 de noviembre de 2009

Me gusta despertar

Ahora ya no sé dormir si no es
acariciando mi tu piel toda tuya mía.

Sufro de atroces vacíos insomnes
si no viene a reposar mi tu aliento
en ese tu mi nido que hay
entre tu mi pecho y tu mi cuello.

Y es que ya no sé dormir sin ti
y sin ti creo no saber soñar.
Porque sueño contigo
aunque contigo quede dormido.

El sueño es entonces
otra oportunidad para estar contigo.
Y al despertar y verte ahí
en ese mi tu nido todo tuyo mío...

Soy feliz por haber vivido.

Pamplinas

"Un polisón de nieve, blanqueando
las sombras, se suicida en los jardines.
¿Qué será de mi alma, que hace tiempo
bate el récord continuo de la ausencia?"

(Pamplinas, Rafael Alberti)





Cara de palo, pamplinas, rostro pálido,
Buster Keaton todo él,
no entiende nada.

Como un personaje tragicómico de cine mudo
confuso, desubicado, náufrago
en un fotograma de total technicolor.

(Algo así como un Joseph Merrick con chapines de rubí
pisando baldosas amarillas).

Pocos pasos atrás Louis Armstrong
interpreta con trompeta
"What a Wonderful World".

(...)

Buster Keaton no entiende nada.

En base a una estúpida regla de 3


El siglo 21 empezó con tu lengua acariciando la mía,
y tus brazos me abrazaban y tus piernas se abrían
y tus ojos se reflejaban siempre en los míos
y yo tenía la estúpida creencia de que siempre serías mía.

5 años después tu lengua acaricia otra lengua
y tus brazos abrazan a otro y tus piernas se abren para otro
y tus ojos se reflejan en otros que no son los míos
y yo tengo la estúpida creencia de que volverás algún día.

En base a una sencilla regla de 3,
si tras 5 años de compartir saliva,
abrazos, orgasmos y algo de vida,
si tras 5 años has logrado olvidarme en 2 meses,
y suponiendo que mañana sea yo quien te olvide,
habrán pasado 6 meses desde entonces
y en base a una estúpida regla de 3
podemos concluir que te amé 3 veces más, 3.

Pero no será mañana, ni pasado, ni nada,
y concluiremos entonces que te amé
4 y 5 y 6 y 7 y 8 y 9 y 10 veces más que 3.

Empezará el siglo 22 y con un poco de suerte
habré muerto sólo donde nadie me encuentre,
y se me llevarán la lengua y los brazos y las piernas
y los ojos y los huesos y las estúpidas creencias.

Sólo pido que el viento lleve mis cenizas allá donde estén las tuyas.

De lunáticos y anfibios

Los Lunes, los lunáticos
se suben a los áticos
y pasean con prismáticos.

Y es la Luna, Luna Lunera,
quien ocupa su vida entera.


De día los anfibios
permanecen dormidos,
ocultos, escondidos,

pero si ha llovido y oscurece
su número crece y crece y crece.


Se reúnen ciertas noches
y en contadas ocasiones
en los más húmedos rincones.

Los lunáticos mirando al cielo,
los anfibios a ras del suelo,
y yo, que estoy en medio,
los observo a todos ellos.

Una salamandra selenita
se detiene, saluda y grita:

¡Un minuto pasa de la una!

Y la Luna
es una uña.

Poema del desencuentro


Se vieron de lejos.
Frente a frente venían
el uno frente al otro.

Empezaron a hablarse
antes de poder oírse:

-          ¿Vienes del trabajo?
-          Te has cortado el flequillo
-          Sí, hace ya tiempo.
-          Sí, voy a comer.
-          Adiós.
-          Adiós.

El destino había dispuesto
que sólo faltasen dos días
para recordar el primero.

Sólo habría pasado un año.
Un año es nada y ambos lo sabían.

Pero si a veces un año
dura sólo doce meses,
hay veces en que un mes
dura doce largos años.

Y ambos lo sabían.

Nada, nada sabes


Tú ya no sabes de mi nombre,
no sabes
de las noches que consumo
pronunciando el tuyo,
no, no lo sabes.

No sabes de las palabras
que me callo,
de lo que ya nunca hablo,
no, eso no lo sabes.

Nada apenas sabes de las horas,
de los días que no acaban,
de las tardes a solas,
nada, nada sabes.

De la tinta quemada,
de la tinta empapada
tú no sabes nada.

De los labios que me ofrecen y no beso,
de los cuentos de princesas que no leo,
que no creo. No, tú no sabes nada de eso.

Nada de la nube que me arrastra,
de los escorpiones
en mis talones
y su pálido veneno que me castra.

No, de eso tú no sabes nada.

Nada de esa música que ahora me ahoga,
nada de esa carta nonata,
-ingrata porque no mata-
nada de esa calle, nada de esta soga.

Nada, nada sabes.

De un verano inmenso
que me pasé sentado
sin ti pero a tu lado
esperando tu regreso.

De los suspiros crucificados a tu recuerdo,
de las noches eternas en que soñamos juntos,
de los silencios que me acosan cuando duermo.

Tú ya no sabes nada de eso.

Nada de querer verte a cada instante,
nada de esa ausencia de tus ojos
que veo en todos los rostros,
nada de esa vida que estaba delante…

De eso tú ya no sabes nada.

Nada, nada sabes.

(...)

Tú no sabes que esta noche,
doce de Febrero,
Carnaval en Oviedo,
me disfrazo de reproche.

Eso tampoco lo sabes.

Y no sabes que no te llamo
porque todavía te amo.

No, creo que no lo sabes.

De una mahou y un libro en mis manos
en el Café Apolo
y la prensa y uno y dos y tres cigarros
sentado, sólo.

De viejos intelectuales
hablando de HitchCock y Pollanski
y artistas borrachos y malditos
y de la vida de Henry Hank Chinaski.

De un desconocido
Par Lagerkvist
que dice ser mi amigo.

De las bragas mojadas
de Choderlos de Laclos
y sus celos y sus damas.

No, no sabes nada.

De los paseos dominicales
buscando tesoros escondidos,
de grabados japoneses,
de un ángel, o dos, o tres, caídos.

De parapléjicos irlandeses,
de un viaje a Cuba
y un viaje a la Luna,
de grupos de rock daneses.

De estudiantes americanos,
de ánforas y asteriscos y jarrones,
de la pintura de mis manos,
de orquídeas de nuevos colores,

de las hermosas torres
que yo iba a construirte,
de la Luna Triste,
de los aguijones...

... de eso tú no sabes nada.

Nada, nada sabes.

El día que maté a la Luna y enterré su cadáver en una mujer con cabeza de gallina


De un fuerte puñetazo sobre esa mesa donde mi corazón era un festín, salió disparada la astilla que acabó con su vida. Cayó desde el cielo que habita en mi cuerpo y aún tuve tiempo de golpearla y de escupir sobre su alma antes incluso de que llegase al suelo. Velé su figura perfecta y hermosa toda la noche hasta bien entrada la mañana. Una a una me bebí todas mis lágrimas dejando sólo las vuestras, las necesarias. Arranqué a tiras su piel suave y pálida e hice vendas para tapar mis ojos, para quedarme ciego, y no ver, y para que no se me escapen esas, las necesarias. Con las uñas de sus pies y de sus manos construí una escalera para llegar donde nadie me viera y esparcí sus cabellos a los ocho vientos -¡Fuera, para quién los quiera!- Enterré su cadáver pútrido y hueco –aún hermoso- en una mujer sin muerte con cabeza de gallina que fui forjando con los restos de su recuerdo. Y su corazón amarillo y frío lo introduje en el agujero que el mío dejó vacío para helar la sangre de mis arterias y no verla más, ni amarla, ni aullar a esa maldita que constantemente eclipsó –con o sin sol- la pureza de mi voz. Y así, ese día, sin duda alguna maté a la Luna. Y así, ese día, sin duda alguna maté a mi Musa.

Muerta la Poesía… ¿Dónde estás, Alegría? 

domingo, 1 de noviembre de 2009


Si este fuese mi último poema...


Si este fuese mi último poema
Debería empezar por mi primer recuerdo
Una sonrisa un niño feliz
En triciclo por el cementerio del pueblo

Si este fuese mi último poema
Podría decir al fin “Ya lo sabía”
“Te arrepentirás” “Perdóname”
O “No es lo que esperaba”

Y me quedaría tan ancho
Tan tranquilo
Tan vacío

Si este fuese mi último poema
Tendría que hablar del amor
O de la vida
Y no sabría qué decir

Tendría que enterrar rencores
Devolver viejos favores
Dar algunos nombres

Si este fuese mi último poema
Me gustaría algo simple
Al estilo de un haiku
Algo sencillo
Como un epitafio
Un adiós
Una sonrisa
Y un guiño

Si este fuese mi último poema
No querría
Que este fuese mi último poema

Y si lo fuese…

Me iría hasta la playa del Silencio
-Guardo para los peces mi último verso-